La vida es movimiento

Lisbeth Agurto

7/11/2024

¿Te has sentido en algún momento estancado, que tu vida se ha vuelto una rutina y no encuentras motivación?

En muchas ocasiones, el vernos sumergidos en las responsabilidades del día a día, nos lleva a vivir de manera monótona y rutinaria, olvidándonos de nuestra verdadera esencia, que somos vida, y la vida es movimiento. Cuando dejamos de movernos y expandirnos, dejamos de crecer, y es en este momento que nos empezamos a desconectar de nosotros mismos para vivir una vida que no necesariamente disfrutamos, pero creemos necesaria para nuestra supervivencia. Como consecuencia, vamos perdiendo no solo nuestra autenticidad y creatividad, sino nuestra vitalidad, esa ilusión que nos impulsa a despertar cada día.

Nuestra naturaleza no es estática, siempre habrá una fuerza dentro de nosotros que nos impulse a movernos y depende de nosotros escucharla y tomar acción, pues a menos que haya algún dinamismo, algún movimiento en nuestra vida hacia el crecimiento y mejoramiento interior y exterior, nos sentiremos frustrados, y nada de lo que hagamos o consigamos nos proporcionará plenitud, solo un estado de satisfacción pasajera. 

Si no nos movemos, si no aprendemos o hacemos cosas que nos inspiren, si no fluimos con la vida, entonces vamos muriendo internamente. Hemos sido diseñados para avanzar, crear, disfrutar, y experimentar, y esto implica arriesgarse a hacer cosas nuevas, implica cambio y movernos muchas veces de nuestra seguridad y confort.

Cuestiónate si solo vives para el fin de semana o las vacaciones anuales, o disfrutas cada día de tu vida, si quieres ser esa semilla que va germinando, creciendo y brillando, o una flor que se va marchitando con el tiempo. El traer consciencia a cada paso que damos es importante y el primer paso hacia el cambio que queremos ver. No tenemos una vida, somos la vida misma y a eso vinimos, a vivirla en plenitud. Cada acción que realicemos debe ser de amor y gozo, y no de lucha y penuria, mi invitación es que te abras a sentir y fluir con el ritmo de la vida, a dar pasos aunque sean con temor, pues el camino siempre se irá abriendo, mostrándonos aquello que necesitamos para alcanzar nuestro verdadero estado de paz y plenitud.